Cuando el diablo sale

Cuando el diablo sale

By | septiembre 24, 2022

Historia real de Pachuca Hidalgo México

Cuando el diablo sale – Cuando yo era más pequeña mi madre me contaba que mi abuelo no la dejaba salir cuando comenzaba la noche, ya que decía que en la parte del pueblo donde vivian el diablo estaba suelto y que si la veía intentaría ir por su alma. Mi madre decía que cuando fue creciendo comenzó a dejar de creer en estas cosas y a perderles el miedo.

Ella tenía 18 años cuando comenzó a salirse a los bailes del pueblo con sus amigos según me cuenta, lo malo de todo esto es que tenía que recorrer más de la mitad del pueblo para ir al salón donde los fines de semana se organizaba todo este asunto.

Mamá me dijo que tenía entre 18 y 19 años cuando le ocurrió, me comentó que no está muy consciente de la fecha ya que quedó traumatizada por lo que le pasó y ha intentado olvidar lo más posible. Me comentó que un viernes cuando venía del baile con sus amigos, se les había hecho tarde y que ha esa hora no había transporte, por lo que decidieron irse caminando.

Mi madre era la última en llegar a su casa, pues la choza de los abuelos era la más alejada, antes de ella estaba la casa de Juan cómo a medio kilómetro, me dijo que cuando se despidió de Juan empezó a sentir un frío demasiado gélido y un pequeño chillido de un bebé. Un tanto escéptica intento caminar más rápido a la orilla de la calle. Metros más adelante el llanto pasó a estar frente a ella así que decidió cambiarse de acera.

Más asustada vio el bulto metros adelante sobre la mitad de la calles.

El miedo se apoderó de ella pero al mismo tiempo su curiosidad pudo más. Se acercó lentamente al bulto de cobijas, estirando el brazo desenvolvió donde pensé que estaría la cara del bebé. Mamá dice que jamás lo debió haber hecho pues no era un bebé, la cosa está tenía cara de cerdo pero estaba muy arrugado y con la piel quemada, no recuerda mucho pero no tenía ojos solo tenía dos agujeros negros en los cuales no sé podía ver nada y tenía grandes colmillos.

Cuando mi mamá vió esa cosa el llanto paso a ser una risa horrible.

Se quedó petrificada y el grito que lanzó esta criatura la hizo correr hacia donde estaba la casa de los abuelos. Mi madre volteó para ver dónde venía esta cosa y dijo que tenía un cuerpo humanoide pero sin manos y en dónde deberían de estar unos pies había pezuñas de caballo, mi madre corrió más rápido e intentó gritar pero no salía sonido alguno de su garganta.

Al llegar a la puerta de su casa comenzó a tocar con gran desesperación, pero nadie salía a abrirle. Cuando está cosa la alcanzo mi madre le soltó una patada antes que se desvaneciera por la impresión, pero dice que al mismo tiempo esa cosa le clavó uno de sus colmillos cerca del chamorro.

Mis dos abuelos salieron y la encontraron desmayada y con sangre en la pierna derecha.

Pasaron varias semanas antes de que pudiera volver hablar y volviera a su color ya que se encontraba muy pálida.

Cuando pudo comentarle a sus padres lo que había pasado ellos la llevaron con la sacerdotisa del pueblo y está les dijo que la mordida había sido de un ser obscuro y que esté no sé la llevo porque es de alma fuerte, pero que volvería por ella.

La sacerdotisa comenzó a rezar y a limpiar con hierbas la herida hasta que cicatrizó, le dieron unos collares de protección que hasta la fecha usa. Mamá dice que a veces cuando volvemos al pueblo y pasa cerca de ese lugar la cicatriz comienza a arder. Historia basada en hechos reales en un pueblo de Pachuca.

 

Envíos; Salim Rodríguez administradora del grupo de WhatsApp de Cuéntame tu historia de terror.

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