Despertar intraoperatorio – Hace tiempo existía una leyenda urbana bastante popular. Se decía que, si uno era lo bastante desafortunado, había una posibilidad de que al entrar a cirugía para alguna operación que requiriera de anestesia general, esta no surtiera el efecto deseado, de tal manera que el desgraciado paciente experimentaría algo muy parecido a la famosa parálisis del sueño.
Es decir, no podría moverse ni hablar, pero estaría lúcido para ser testigo.
Con todo el horror del mundo, de como se le practicaba la cirugía, incluso sintiendo cada uno de los cortes y procedimientos que el cirujano, ignorante de todo aquello, realizaba en su cuerpo.
Durante años se creyó que esto era un mito, habladurías de pacientes con ganas de contar algo interesante después de haber experimentado una cirugía mayor. Sin embargo, la frecuencia en los reportes de este tipo de efecto post operatorio, así como las muchas similitudes entre los testimonios de los afectados, terminó por hacer que varios investigadores médicos iniciaran un estudio serio, sólo para descubrir que esta leyenda urbana es una perturbadora realidad.
Se conoce como “despertar intraoperatorio”.
Un raro accidente que puede presentarse al momento de la cirugía (se presenta en alrededor de un 0.02% de las cirugías), y aunque aún se discuten sus causas, todo apunta a algún defecto en la administración de la anestesia general, lo cual, combinado con alguna predisposición física (edad, peso, etc.) ocasionará un efecto anestésico incompleto.
Despertar intraoperatorio
En otras palabras, la anestesia funcionará sólo parcialmente (normalmente la anestesia, además de la inconsciencia, suprime los recuerdos del proceso; por eso es por lo que mucha gente sólo recuerda quedarse dormida) y el paciente sea consciente de el proceso quirúrgico.
No puede moverse, hablar ni alertar al personal médico, pero recordará casi toda o toda la cirugía.
Además, en varios casos, esto viene acompañado de una sensación sofocante de tener algo obstruyendo su garganta, provocando una suerte de asfixia que se acentúa con la desesperación de no poder hacer nada.
Muchos pacientes indican haber sentido todo el dolor físico del procedimiento realizado, pero esto aún es discutido por los investigadores, quienes se inclinan más a decir que el dolor físico en realidad sólo es una alucinación, derivada del trauma propio del despertar intraoperatorio.
No obstante, mucha gente que ha sufrido del despertar intraoperatorio ha presentado síntomas propios del Síndrome de Estrés Postraumático, algunos teniendo incluso que tomar terapia de por vida para sobrellevar su experiencia, con la consiguiente fobia a quirófanos y hospitales.
Se estima que, de cada 100,000 cirugías, alrededor de 20-25 pacientes experimentarán algún grado de despertar intraoperatorio. Una cifra a primera vista baja, pero que se considera una de las experiencias más aterradoras que un humano puede vivir.
De esas historias de horror que si pasan en la vida real…
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