Llegó Don Porfirio el Cacique del pueblo y me dijo quieres trabajar, yo estaba en paz en mi casa esperando la cena había ido mi prima la Nicolasa y le dije has unas gordas de harina ya que había una olla de barro llena de frijoles, la lumbre ya estaba puesta, le contesté si ,si quiero trabajar, pues que te echen algo que te necesito para que me cuides las máquinas hoy en la noche.
El sol estaba cayendo y oscurecía poco a poco.
Nos fuimos, era una vereda entre el monte la luz de la troca apenas la iluminaba con el único foco que tenía, llegamos como a quince kilómetros del pueblo.
Aquello era una soledad tremenda, obscuro, como boca de lobo, no mirábamos como a dos metros uno del otro, me dijo aquí te vas a quedar me cuidas esas dos trilladoras, me dio un foco y un machete, hay te cuidas me dijo antes de irse, lo mire alejarse poco a poco se perdió en la noche y me quedé calculé la hora.
Serían como las siete u ocho de la noche, se sentía un ambiente muy silencioso tétrico de soledad, pues bueno busqué donde pasaría la noche pues el clima era muy frío.
Se escucharon unos coyotes.
Sentí miedo pues no era costumbre estar tan solo y lejos del pueblo en el monte serían cálculo como las once y empezó a darme un sueño tremendo, me recosté abajo a un lado de una de las trilladoras la soledad y la oscuridad eran tan feas que sentí ese terror de que algo va pasar.
Pensé voy a dormir un poco, me iba quedando cuando sentí y es che unos pasos cercas, tiemble como no tienen idea ,me tape de cabeza totalmente y sentí que alguien se paraba junto a mi, el miedo era tremendo casi grite y pensé salir corriendo como loco de ahí.
Escuché una voz cavernosa decir a este me lo llevo se oían como cadenas muy cercas y un olor azufre, de pronto escuche más pasos, también se pararon junto a mi y dijo otra voz:
…no ..a este no te lo llevarás pues el es una buena persona y reza cuando sale de su casa.
Pasaron las horas y yo tapado de pie a cabeza.
Mi miedo fue tan tremendo que todavía estoy llendo con el curandero del pueblo Don Matías, le conté todo y me dijo, primero era el diablo y después llegó el bueno tal vez dios y te salvo de una muerte segura de mucho sufrimiento de milagro estás vivo.
Jamás he vuelto a salir del pueblo a trabajar de noche a ningún lugar, además la paga no era tan buena, cien míseros pesos, no me sirvió ni pal susto.
El cacique murió hace unos días y cuentan que en el espejo retrovisor de su troca traía un diablo colgado de adorno ojalá y se lo haya llevado a el pues era un tipo malo, yo aquí estoy en el pueblo ,esperando una nueva jornada de día, de noche no, pues me salve de morir esa oscura noche y alejado del pueblo.
(caso real). por: A.ALVARADO.
Todos los jueves a las 10:00 p.m. hora de México transmitimos a través de esta página nuestro programa en vivo Cuéntame tu Historia de Terror.