En rusia se encuentra el hoyo más profundo del mundo, Kola Superdeep Borehole. Si este es el agujero artificial más profundo de la Tierra y el punto más hondo excavado por el hombre. La perforación de 12,2 kilómetros es tan profunda que la gente del lugar jura que puedes escuchar los gritos de las almas torturadas del infierno.
Estas ruinas de lo que fue un centro soviético de investigación científica geológica abandonado, me llamó la atención siempre.
En Julio de 2017 yo y varios amigos nos movimos hasta el lugar, en mitad del edificio desmoronado hay una tapa metálica pesada y oxidada incrustada en el piso de hormigón.Está sellada con un anillo de pernos metálicos gruesos e igualmente oxidados.Los soviéticos tardaron casi 20 años en taladrar esa distancia.
En nuestra excursión llevamos un equipo de sondas acústicas con un cordón eléctrico de 10 mil metros, queríamos comprobar la mística historia de las voces del infierno.
La tapa que por supuesto no cabe nadie por muy pequeño que sea, nos costó casi 4 horas abrirla y una autorización del presidente, que gracias a un diputado, familia de uno de los nuestros pudo convencer de la firma.
Esa noche preparamos la casa de campaña a la orilla del hoyo del infierno, la temperatura a pesar de ser junio era de -3 grados. En la tarde habíamos llevado la sonda a 5000 metros, pero la oscuridad ya no nos permitió bajar más.
Esa noche después de casi 25 años el hoyo del infierno dormiría abierto.
Pasada las tres de la mañana comenzamos a escuchar unos chasquidos como si alguien intentar encender un mechero, luego unos aullidos, y casi amaneciendo eran susurros.
Temprano en la mañana comenzamos a bajar más nuestro equipo llegamos hasta los 9 mil metros y fue allí cerca de las 8 y 45 de la mañana que comenzamos a escuchar por el audio reproductor de la Sonda:¡ help, 救命,Ayuda,Помогите,დახმარება,hulp,Hilfe,መርዳት,مساعدة,Օգնություն,pomoć! ……Así sucesivamente se podía escuchar en cada uno de los idiomas que conocemos en este mundo, la situación era constante, en nuestro grupo había varias personas de nacionalidades diferentes y todo esto comenzaba a preocupar al interpretar la misma frase: “Ayuda”.
Nuestra sangre se helar, ninguno de los presente se atrevía a decir, ni opinar nada. Aquello que pensábamos era una leyenda urbana, nos quedaba claro que no era una leyenda, de pronto todo nuestro equipo dejó de funcionar, comenzamos a extraer la sonda y al cabo de 2 horas de extracción descubrimos que había sido derretida.
Entonces uno de los científicos coreanos que se nos había unido, dijo que había traído un aparato con cámara infrarroja utilizada para altas presiones y soportar temperaturas por encima de los 180 grados Celsius.
Muchos de los presentes nos miramos indecisos por estar más tiempo allí.
No queríamos molestar fuera lo que fuera, eso que estaba allá bajo.
Pero el jefe de aquella aventura dijo que podía ser interesante, que lo intentaríamos, al final habíamos venido a investigar, y todos los días no se conseguía un permiso para abrir el hoyo más profundo de la tierra.
Entonces procedimos a bajar la cámara, esta por supuesto no tenía sonido solo era imagen.
Dos horas más bajando aquel cable especial, ya nos parecía eterno, pero sobre las 11 y 45 de la mañana habíamos llegado a la misma profundidad de la sonda, 9 mil metros de profundidad.
Fue allí cuando decidimos conectar el equipo y continuar bajando 1000 metros más si era posible, pero en un momento determinado mientras todos mirábamos el computador con la imagen algo terrorífico se asomó, era una criatura del inframundo sin dudas.Tenía dos ojos saltones que le llegaban a la barbilla, la nariz chata como la del pez espada, en su boca una camada de dientes que daba una sensación horrible. Y en el trasfondo mucho calor se veía con el infrarrojo.
¿Acaso era el infierno?¿ qué estaba pasando ahí?¿qué era aquella criatura?¿porque había un espacios abierto a esa profundidad?
Mientras nos preguntábamos esto la criatura miraba con detenimiento la cámara.
Era como para asegurarnos que estaba allí, que no era un cuento urbano.
De pronto la tierra se estremeció y un grito ensordecedor nos barrer la conciencia quedamos atónitos, como si hubiéramos fumado la mejor hierba.
Nos costó mucho recuperarnos, los aldeanos cercanos a la instalación llegaron hasta donde estábamos a casi un kilómetro habían oído el grito de terror.
Nuestro equipo no funcionaba, demoramos dos horas para extraer aquella cámara inservible, nuevamente derretida, cerramos el hoyo. Y nos fuimos sin pruebas excepto por una foto, que nos decomisar la policía local.
Poco después de estos sucesos los 14 que participamos en aquella excursión hemos ido muriendo, de formas misteriosa en menos de cinco años. Hoy sólo quedó yo, el médico me ha dado 2 meses de vida, pero quiero que ustedes conozcan la historia para que nadie les diga que no existe el infierno en la tierra.
Yordan Roque Álvarez ©