El secreto del himalaya

El secreto del himalaya

By | febrero 2, 2023

El secreto del himalaya – Después de terminar mis estudios intenté organizar una expedición para explorar el legendario país de Agartha, situado en las estribaciones del Himalaya y supuestamente despoblado desde finales del siglo XIX, cuando una terrible catástrofe natural exterminó a casi todos sus habitantes.

Aunque mi proyecto contaba con el visto bueno de la comunidad científica, no pudo llevarse a cabo por la oposición del gobierno hindú, responsable legal del territorio de Agartha desde 1948. Sin embargo, decidí esquivar la prohibición y viajé a Agartha acompañado por dos personas tan temerarias como yo: Martha Scott (entonces mi novia, actualmente mi esposa) y mi desdichado compañero de facultad Charles Malone.

Los tres éramos viajeros experimentados y, como ya habíamos visitado el Himalaya anteriormente, nos considerábamos preparados para afrontar cualquier peligro que pudiera esperarnos en Agartha. Pronto se verá que estábamos trágicamente equivocados.

Acceder al valle prohibido nos resultó relativamente sencillo, aunque para ello tuvimos que atravesar regiones sumamente inhóspitas, donde ni siquiera los sherpas se atrevían a entrar.

El secreto del himalaya

El secreto del himalaya: – Hombre lobo en la montaña

Después de un viaje duro, pero sin incidentes notables, llegamos por fin a Agartha. Allí el clima era más suave que en las montañas y había zonas de vegetación espesa, donde vivían numerosos animales. En cambio, no se veía la menor señal de vida humana, aunque en otros tiempos Agartha había dado cobijo a una antigua civilización indoeuropea.

Cuando cayó la noche montamos un sencillo campamento en el extremo meridional del valle. Charles, que era el más resistente de los tres, se ofreció a hacer la primera guardia, mientras que Martha y yo estábamos tan extenuados que no tardamos en caer profundamente dormidos. De ese sueño reparador nos despertó el sonido de un disparo. Cuando salimos de la tienda Charles nos dedicó una sonrisa tranquilizadora y nos dijo:

-Solo era un lobo solitario, chicos. Lamento haberos despertado por tan poca cosa.

Martha le dedicó a Charles una mirada poco amistosa, pues siempre había sido una apasionada defensora de los animales.

Nuestro amigo comprendió el motivo de su enfado y le dijo:

-Disparé al aire. Solo quería asustarlo y creo que lo he conseguido, porque lo vi salir corriendo.

Aún estábamos hablando cuando oímos un bramido aterrador procedente de la espesura. Todos nos sobresaltamos y entonces recordé la leyenda de los hombres lobo de Agartha.

Hasta entonces yo nunca me había tomado en serio esa historia, pero aquella noche vi cómo uno de esos seres surgía de la espesura, seguramente atraído por los ecos del disparo.

Charles, que aún tenía su rifle en las manos, intentó pegarle un tiro, pero el monstruo fue más rápido y le arrancó la cabeza de un zarpazo.

Nosotros ya no podíamos hacer nada por él, así que huimos a través del bosque en un desesperado intento de salvar nuestras propias vidas. Estuvimos a punto de despeñarnos por un profundo barranco y, cuando intentamos dar la vuelta, vimos que el hombre lobo nos bloqueaba la retirada.

Durante un terrible momento nos consideramos completamente perdidos, pero entonces apareció alguien detrás del monstruo.

Al principio pensé que era el fantasma de Charles, pues se había puesto su ropa. El monstruo debió de pensar algo parecido y se quedó paralizado durante unos segundos.

El recién llegado aprovechó aquella oportunidad para atacarlo con un palo puntiagudo. Yo pensé que se trataba de un ataque suicida, pero aquel hombre, cuyos movimientos eran muy rápidos y que parecía capaz de ver en la oscuridad, consiguió atravesarle el corazón, matándolo en el acto.

Yo intenté alcanzar a nuestro misterioso salvador y le pregunté quién era en todos los idiomas que conocía. Él se volvió hacia mí y pronunció una sola palabra, “Adolf” o “Adolfo”. Luego desapareció entre las sombras y ya no lo vimos más.

Después de buscarlo en vano, Martha y yo volvimos al campamento, donde enterramos el cadáver del pobre Charles para que no lo devoraran los lobos. Mientras cavábamos, Martha me preguntó:

-Dijiste que conocías la leyenda de los licántropos. ¿Sabes algo sobre su origen?

-Se dice que antes eran hombres, pero un día bebieron el agua de una fuente embrujada y entonces se convirtieron en lobos.

Martha se detuvo y me dijo con voz trémula:

-¿Y qué pasaría si fuera un animal el que bebiera de esa fuente maldita?

¿Te acuerdas del lobo al que ahuyentó Charles? Adolf viene de wolf, que en las lenguas germánicas significa precisamente…

-¡Por favor, no digas esas cosas! ¡Es una auténtica locura!

Al día siguiente nos marchamos de Agartha para no volver. Pero nunca hemos dejado de preguntarnos si aquel hombre misterioso que nos salvó la vida era realmente un hombre.

 

Todos los jueves a las 10:00 p.m. hora de México transmitimos a través de esta página nuestro programa en vivo Cuéntame tu Historia de Terror.

Difunde el amor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *