La cabra café – Vivo en Guadalupe con mi esposa y mi bebé de 1 año de nacido, lugar donde rentó actualmente una casita de dos plantas a la mitad de una cuadra, hace poco, un vecino compró 2 cabras, una negra y una café, les instaló un corral en la parte de enfrente de su casa, el lado que da a la calle.
Días después, la cabra café amaneció muerta, sin motivo aparente, según comentarios de mi vecino.
Desde la llegada de estos animales, los perros ladraban todas las noches, sin parar y cada noche, mi esposa me comentaba que se veían sombras en la casa incluso durante el día o se escuchaban ruidos pero no le dí importancia.

La cabra café
Una noche, mi esposa me despertó a eso de las 2:00 ó 3:00 am, diciéndome que se escuchaba como si un animal anduviera cerca de la ventana del cuarto, algo imposible ya que está en el segundo piso.
Me asomé pero no ví nada, solo se escuchaba la cabra y los perros ladrando.
Hace unos días, mi bebé nos despertó en la madrugada, con un llanto fuerte y angustioso, como si estuviera asustado, yo, al despertar, escuché los perros de los vecinos ladrando mucho mientras se escuchaba también el sonido de la cabra.

La cabra café
Mi esposa me pidió bajar por agua para preparar el biberón para el bebé, a lo cual accedí ; tomé el agua mientras seguía escuchando como los perros ladraban como asustados o enojados, lleno de curiosidad, me asomé por la ventana de enfrente, para descartar que no fuera un ladrón queriendo entrar a mi casa o la de algún vecino.
Abrí la cortina y lo que ví, me hizo tirar el recipiente con agua que tenía en la mano.
Se me erizó la piel al ver a la cabra negra caminando en sus dos patas de atrás, mientras hacia un sonido que ya no parecía del animal, sino más bien, una risa humana.

La cabra café
Me quedé congelado ante tal imagen, la cabra volteó a verme y se quedó detenida un momento mientras yo grité del susto.
La cabra se fue caminando y seguía “riéndose”.
Cerré la ventana y corrí al cuarto, mientras mi esposa trataba de calmar a mi hijo, que seguía llorando y me preguntaba qué había pasado, le conté lo ocurrido y ya no pudimos dormir hasta que amaneció, por cuidar a nuestro bebé de cualquier cosa que pudiera pasar.
Al día siguiente, tuve que salir a la tienda de la esquina, tenía que pasar por el frente de la casa del vecino, justo donde estaba la cabra.
Pasé sin voltear de ida y vuelta, pues tenía miedo a pesar de ser ya de día, sin embargo, mientras pasaba, sentí como si me estuvieran observando mientras escuchaba ese balido de esa maldita cabra al cruzar por esa casa.
En esa misma semana, llevamos a mi bebé a la iglesia para bautizarlo y pedir agua bendita.
Al regresar a casa y pasar por el lugar donde tenían la cabra, nos percatamos que ya no estaba.
La verdad ya no quise preguntarle nada al vecino, pero desde ese día, mi bebé ya duerme tranquilo, mi esposa ya no escucha ruidos y los perros ya no ladran asustados.
Créditos a quién corresponda.
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