Esta historia me contó mi abuela cuándo era niña.
La vivora – Ella decía que vivía en un pueblo cerca de Orán, en dónde había muchas haciendas enormes, pero era un lugar solitario, dedicado al campo en su totalidad y ella vivía en una pequeña casa en el rancho de mi bisabuelo a un lado de sus siembras para cuidarlas por las noches porque siempre pasaban cosas extrañas.
Cerca de dónde vivía pasaba el río y a un costado del río vivía una amiga de su mamá una joven de 17 años recién casada; en aquel entonces aún se robaban a las novias y se casaban con ellas a las horas de la madrugada, la chica estaba embarazada, era muy amable y muy activa, trabajaba en su casa todos los días haciendo pan y mi bisabuela llevaba a mi abuela con ella y se quedaban las horas ayudándole y conversando.
Pasado el tiempo nació el bebé de la chica, un varón, por ende ella tuvo mucha leche para amamantar, inclusive al entrar a su casa olía a bebé y a leche.
Pasó un mes del nacimiento del niño y un día que fueron por el pan.
Pero la chica no se había levantado todavía, mi abuela y su mamá se pasaron a la casa y la encontraron bien dormida y el bebé llorando. la despertaron y profundamente agotada se levantó de la cama y se puso a trabajar.
Qué té pasó niña, le preguntó mi bisabuela, no sé, decía, el niño me cansa mucho cuándo come, y así pasaron los días y los días y la muchacha se veía más cansada, pero el problema mayor era que el niño estaba muy flaquito y se estaba enfermando mucho y no paraba de llorar.
El esposo preocupado un día no fue a trabajar la tierra, se quedó en la casa para cuidar a su señora, en la mañana se levantó igual a la misma hora pero no se fue, si no que se levantó a darle de comer a los animales, en eso, escuchó al bebé llorar y luego a la voz de su madre diciendo ,ya ya , después hubo silencio y el señor siguió trabajando, pasado un rato escuchó caer una jarra de agua que tenían en el borde de la cama. y fue a ver ,lo que encontró lo dejó perplejo.
ERA UN VIBORÓN enorme, contó el señor, estaba enrollada en la cama con la chica.
Chupando la leche de su pecho mientras que ella dormía cómo sedada por su veneno y con la punta de su cola metida en la boca del bebé, para que no llorara.Agarró su machete y la serpiente lo volteó a ver “con cara de susto”, dijo él, y le dio tres machetazos , la víbora ni se podía mover de lo gorda que estaba, cuando soltó a la muchacha y al niño.
Le corto la cabeza y la echó para afuera y con el aceite y leña le prendió fuego, al día siguiente cuando revisaba las cenizas para enseñárselas a mi bisabuela, no halló huesos de víbora, si no huesos de persona. Él decía que era una bruja, mi abuela siempre creyó porque dice que en el río ,siempre han vivido criaturas que se esconden y que no tienen intenciones buenas.
Envió: Salim Rodríguez. administradora del grupo de WhatsApp de Cuéntame tu historia de terror.