La partera y la bruja – Tengo una muy terrible experiencia que quisiera compartirle amigo y fue tan fea que no la olvido: a la edad de catorce años ayudaba en todo a la abuela que era de oficio partera y por consiguiente traía a muchos niños a la vida alla en el pueblo de acatzingo donde pasaban cosas raras y más cada que nacía un niño y es que algunos no sobrevivían por qué a las pocas horas de nacer estos morían en extrañas circunstancias.
-Aunque mi familia es de Veracruz por el trabajo de la abuela nos fuimos a vivir a puebla. Mi abuela fue la mejor partera del rumbo y destacó mucho ayudando a muchas mujeres de escasos recursos a sus bebés.
Todos sabiamos que el pueblo estaba infestado de brujas y nahuales pero jamás alguien había tenido un contacto directo con alguno de estos seres o vivió para contarlo.
Una ocasión acompañe a la abuela allá por lo alto de la montaña donde se le complicó el parto a doña Carmela y el bebé venía enredado con su cordón umbilical. Fue un parto muy riesgoso pero gracias a Dios nació el niño sano y salvo, mi abuela atendió toda la noche ese embarazo y nos despedimos al dejarlos consientes.
Recuerdo que salimos camino a casa al canto de los gallos pero extrañamente toda la madrugada se escucharon graznidos de avé y el famoso chiflado a lo lejos de las brujas, cosa a la que no le dio mayor importancia la abuela pero si respeto.
¿Còmo acostumbraban La partera y la bruja en los nacimientos?
En el pueblo se acostumbra a que después del nacimiento del niño su partera siguiera viendo al bebé hasta que a este se le cayera totalmente el cordón umbilical y comenzará a comer alimentos sólidos.
No sabía el por qué lo hacían pero una aterradora noche descubrí el motivo y eso no lo quito de mi mente.
Eso de frecuentar a cuanto niño traía al mundo era difícil de hacer pero lo hacía mi abuela como si nada. Recuerdo que en esa ocasión me dijo que la acompañará de regreso a casa de la señora que había dado a luz en la montaña pues sería la última vez que visitaríamos al bebé ya que esa semana comenzaría a comer sal y por ese motivo su trabajo estaba por concluir.
Llegamos a la pobre casa y revisó primero al bebe
Lo cargo y platico con la madre un largo rato que ni noto que ya estaba oscuro? viendo que todo estaba bien y que el niño se logró y empezaría al amanecer a comer alimentos sólidos dio por terminado su trabajo, en ese instante el esposo pagó el precio convenido del parto y cuidados.
Salimos de esa casa cuando ya se había ocultado el sol y solo de camino al pueblo recorreriamos como una hora, para esto ya eran como las ocho y media de la noche, aún en las calles y pueblos no había postes de luz pues les habló como del año de 1977 donde todo estaba totalmente obscuro.
En eso cruzando por un enorme terreno de altos árboles escuchamos primero el violento aleteo y un ruido parecido como a un graznido de un ave, en ese momento frente a nosotros paso una bola de fuego zurcando el cielo arriba de nuestras cabezas y se paró en lo más alto de un árbol, ahí les juro como mi abuela se puso nerviosa pero no me decía nada, sabia que esa cosa era un demonio solo que hacía décadas que no se dejaban ver o se manifestaban directamente por que sin duda llamarían la atención.
Pero esa cosa estaba como furiosa ya que emanaba un extraño ruido que lastimaba mis oídos, me abrace aterrada de mi abuela la cual se hacía la fuerte hasta que vimos convertirse en un nefasto ser híbrido en segundos a esa cosa.
Ahora estaba transformaada en una guajolote gigante con unos ojos rojos
Unas garras que cortaban de lo filoso de sus uñas las ramas de los árboles y una musculatura rara en una ave doméstica como eso.
Sus horrendos ojos como dos puntos de fuego nos miraban con odio y no era para más ya que eramos su principal enojo por que interrumpíamos sus negros propósitos y más por que la abuela era custodio y encargada de que los niños sobrevivierán y uno que otro moría en extrañas circunstancias, ahora entendería que pasaba realmente allí.
En segundos esa horrenda bestia miró fijamente a mi abuela, ella sabía que difícilmente saldríamos vivas de allí por que cuatro bolas más de fuego se le unieron a esa bruja y nos rodearon en todas direcciones, ella me abrazo como pidiéndome perdón por haberme traído a mi propia tumba pero el mal estaba hecho y ahora teníamos que hacer algo antes de que llegarán más.
Solo gritó en voz alta retando a la bruja.
Pero en ese momento vimos que una luz se acercaba por nuestro camino y pensamos que era nuestro fin, gracias a Dios era el esposo de la señora que visitamos quien venía con machete en mano y cuatro feroces perros que corretearon a esas aterradoras brujas las cuales se perdieron entre las llerbas; corrimos cómo pudimos de regreso a la Casa de la señora, después de estar a salvo gracias al esposo les platicamos con mucho miedo lo que habíamos visto.
-Allí la abuela tomó al bebé y lo baño con agua de sal, en eso se escucho como esos nefastos demonios enfurecidos maldecian a los cuatros vientos por que su principal objetivo estaba bloqueado para ellas y es que la sal las mata y envenena y ahora ya no podían hacer nada por chupar al bebé.
-La señora se puso muy Nerviosa tanto que abrazo al bebé y ya no lo soltó, después llamo a su suegra que vivía a una casa y le platico lo que nos había pasado y como esas brujas se acercaron a la casa con sus oscuros propósitos.
-La verdad todo esto era mucho para mí y más por mi corta edad me puse a llorar del miedo, cuando supuestamente se habían retirado las brujas ya podíamos marchannos de allí.
Honestamente no quería salir para nuestra casa pero el señor nos dijo que al cantar de los gallos nos acompañaría hasta la casa del pueblo pero que primero tenía que proteger a su bebé y asi lo hizo; puso semillas de mostaza, regó sal y coloco cosas que solo ellos sabían que era, de todo había en casa por sí esas asquerosas bestias sedientas de sangre volvían.
Recuerdo que me dieron una cruz de una madera llamada ocote con un listón rojo, de lo demás no me di cuenta pero era un arsenal de objetos de protección.
El caso es que el señor cumplió su palabra y nos dejó en las puertas de la casa de la abuela sanas y salvas.
-Nunca olvídare esa terrible experiencia de lo que viví con esas aterradoras brujas bolas de fuego.
Allí el señor nos dijo que esas cosas tenían días tratando de entrar a su cabaña y querían chupar a su bebé desde que nació pero jamás imagino que se atreviera a venir directamente.
Después no supimos que pasó con esas brujas, unos dicen que mientras vivió mi abuela jamás regresaron, otros dicen que se fueron a Veracruz a chupar niños.
Pero juro por dios que lo que viví fue en verdad una aterradora manifestación de las brujas nahualas hibridas bola de fuego contra la partera del pueblo mi querida abuelita que ya murió…..
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