La quemada 🔥
Alrededor del siglo XVI cuando Don Gonzalo de Espinosa, un español con gran riqueza, arribó a México en compañía de su hermosa hija Beatriz. La joven tenía 20 años de edad, tenía un rostro hermoso, de piel blanca y tersa, con cabellos negros que le llegaban hasta su cintura, no solamente era bella, también era muy bondadosa ya que ayudaba a los enfermos y a los pobres.
Su belleza y nobleza era tal, que rápidamente tuvo muchísimos pretendientes que querían conquistar su corazón, entre ellos, el italiano Martín de Scopoli.
Martin estaba totalmente obsesionado con Beatriz. Todas las noches se dirigía a la calle donde vivía la joven a cantarle serenatas o llamar a su balcón. Sin embargo, ella no le correspondía ni a él, ni a ninguno de sus otros pretendientes.
Pasaba el tiempo y la joven tenía cada vez más pretendientes interesados en ella. Esto ponía a Martin muy celoso, quien llegó a enfrentarse con cualquier hombre que quisiera pretender a Beatriz. Esto era algo que entristecía a la bella y bondadosa de Beatriz, ya que no podía tolerar que hombres sufrieran o murieran por culpa de ella.
Decidida a acabar con esta situación, una mañana Beatriz pidió que la dejaran sola en la casa. Una vez sola, llenó un recipiente con carbón ardiendo y después de mucho meditarlo, metió su hermoso rostro allí con la finalidad de desfigurarlo y deshacerse de su belleza.
Los gritos de Beatriz fueron tales, que se escucharon en varias calles. Martín, al enterarse, acudió rápidamente a la casa de la joven.

La quemada Leyenda
Cuando llegó, observó a Beatriz luciendo un velo negro el cual le tapaba el rostro. Él, delicadamente le quitó el velo para poder verla y le confesó que él la amaba por lo buena y bondadosa que ella era, y no por la belleza que tenía. De hecho, en este momento recalcó que su propuesta de matrimonio seguía en pie.
Ante estas declaraciones, Beatriz decidió aceptar casarse con Martin.
La boda se celebró días después. En la ceremonia, Beatriz usó un velo blanco que le cubría el rostro, impidiendo que los demás pudiesen verla.
Una vez culminada la boda y hasta el día de su muerte, Beatriz portó un velo negro para cubrir las quemaduras que estaban en todo su rostro.
Desde ese día, la calle donde vivía Beatriz fue llamada por los lugareños “la calle de la quemada”. Y según cuentan, a veces el espíritu de Beatriz aparece penando, sufriendo por todas las muertes que ocasionó su belleza.
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