La tumba de nachito – La leyenda que inspira esta historia de terror empezó el 24 de mayo del año 1882 en Guadalajara, Jalisco, cuando tuvo lugar la muerte de Ignacio Torres Altamirano, conocido popularmente como Nachito. El niño sufría nictofobia (miedo a la noche y a la oscuridad), por lo que sus padres alumbraban su habitación con velas.
A los 3 años de edad, durante una noche muy ventosa, las velas se apagaron y Nachito sufrió un infarto fulminante debido al terror que le produjo la oscuridad absoluta. Fue sepultado en una tumba sencilla en el Panteón de Belén, pero entonces ocurrió algo insólito: el sepulturero encontraba cada mañana su ataúd fuera de la tumba. Esto sucedió durante diez días consecutivos.
Sus padres llegaron a la conclusión de que Nachito seguía sintiendo terror a la oscuridad de la noche, por eso su ataúd salía de la tierra. Decidieron colocar su cuerpo en un ataúd de piedra, con unas aberturas para que entrara la luz natural, además construyeron un pilar en cada esquina, sobre los que encendían unas velas y al parecer la solución fue todo un éxito y el ataúd no volvió a moverse.
Las personas que visitaban su tumba comenzaron a dejarle juguetes y siguen haciéndolo en la actualidad.
Algunos aseguran que sienten su presencia..
Que han oído su voz mientras está jugando y que han visto cómo los juguetes se mueven solos.
Los empleados del panteón aseguran haberlo visto paseando por el cementerio mientras juega con un globo y algunos aseguran que quien decide llevarse uno de los juguetes de la tumba.
Se convertirá en presa del fantasma de Nachito, quien se aparece ante los ladrones para reclamar lo que es suyo.
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