El 1 de diciembre de 1948 en la playa Somerton, en la ciudad australiana de Adelaida, encontraron el cuerpo sin vida de un hombre, cuya identidad sigue sin ser establecida hasta la fecha.
Vestido de manera impecable, con traje y corbata, no portaba documentos de identidad. Sus prendas no tenían etiquetas. Lo único que hallaron los investigadores fue un pedazo de papel que estaba en un bolsillo secreto del pantalón y contenía dos palabras: Tamam Shud.
En el cuerpo del hombre no había rastros de golpes o violencia.
La frase ‘Tamam Shud’ aparece al final del libro ‘Rubaiyat’, del poeta persa Omar Jayam y significa ‘terminado’ o ‘finalizado’. Posteriormente, encontraron una copia de este libro en la que faltaba la última página con aquellas dos palabras. El libro contenía, además, cinco líneas de letras indescifrables y un número de teléfono perteneciente a una joven enfermera llamada Jessica Thompson.
La mujer siempre negó haber conocido al difunto, pero los investigadores estaban seguros de que sabía algo. Sin sospechosos, pruebas o aparentes motivos de la muerte del hombre de Somerton, pensaron que se trataba de un suicidio.
La autopsia no reveló rastros de veneno ni problemas de salud que podrían haber causado la muerte. El patólogo Dwyer, encargado del caso, estaba convencido de que la muerte no fue natural y supuso que el veneno utilizado podría haber sido un barbitúrico o un hipnótico soluble.
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