Y ahí estaba la chica Francesa con su hermoso traje de catrina de color negro y vivos tintos. Con un maquillaje tan profesional que le había llevado horas y horas ponerse.
Sin saber nada de español , comprendía perfectamente las emociones de los demás.
Y todo lo que veía le sorprendía, era un mundo completamente diferente a lo que ella estaba acostumbrada ver.
Ella se encontraba en Patzcuaro Michoacán, uno de los pueblos mas tradicionales de México, en donde el día de muertos se vive a flor de piel.

Noche del día de muertos en michoacán
Llego hasta el panteón y quedo totalmente dislumbrada, estaba impresionantemente bello adornado. Cientos de altares y miles de velas que daban luz a la oscuridad. Todo era tan surrealista, ella no lograba comprender como en México se vive el día de muertos tan intensamente.
Dentro de ella guardaba un cúmulo de emociones, quería llorar, quería reír, estaba asombrada y extasiada. Quería expresar a alguien todo lo que ella sentía pero la barrera de los idiomas lo impedía.
De pronto mientras miraba un altar, una niña pequeñita apareció a su lado y le tendió la mano. La niña tenía una cara ” tiernita” y unos “cachetitos” prominentes, estaba vestida con un elegante traje de catrina. Y la chica francesa al verla quedó totalmente cautivada la niña era todo un amor.

Niña catrina
La pequeña niña la comenzó a encaminar por todo el panteón, pasaban por todas las tumbas y entre una inmensa multitud. El ambiente era mágico, había muchos colores y aromas fantásticos, una mezcla de fiesta y dolor. Música y llanto, nostalgia y amor.
Y de repente la niña la llevo hasta donde estaba un impresionante Altar, el mas bello jamas visto por la francesa. Adornado con miles de colores y velas de color rosa perfectamente acomodadas. Muchas personas alrededor venerando y un mariachi conformado por puras mujeres que cantaban como los ángeles. Y justamente tocaban la canción de Amor eterno de rocío durcal.
La chica francesa estaba asombrada, estaba viviendo la experiencia mas enigmática de su vida.
La niña le soltó la mano, le hizo un guiño y comenzó a caminar en medio de altar, detrás de ella se percibía una aureola de paz y nostalgia. Y siguió caminando hasta que se acerco tanto a la tumba que despareció inesperadamente.
Y en su lugar quedo un enorme cuadro con la foto de la niña.
Todos lloraban y aplaudían, recordaban con pequeños juguetes y golosinas a aquella niña que un día los hizo felices.
La niña era un angelito que falleció a temprana edad por una enfermedad fatal como el cáncer.
La niña quería que la chica Francesa experimentará el sentir de los mexicanos cuando llega el día de muertos. Y la chica francesa desvaneció en lágrimas, desahogo las miles de emociones que guardaba dentro de ella, pues había perdido a sus padres de la misma manera.
Y alzó la cabeza al cielo y agradeció a dios tan celestial experiencia.
Créditos de Autor : Richard Van
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